El estado de California registra miles de incendios anuales, pero sólo una minoría termina alcanzando unas proporciones catastróficas que, lamentablemente, son cada vez más comunes. Lo ocurrido en 2025 con el incendio de Los Angeles no es un caso aislado, sino una situación cada vez más recurrente que, durante los últimos años, ha dado lugar a incendios cada vez más feroces y descontrolados.
El cambio climático, los métodos de construcción, su masificación de viviendas, las extensas sequías y los fuertes vientos, han convertido al estado norteamericano en uno de los principales focos de incendios del país, pero en realidad es una pesadilla con la que llevan lidiando desde hace décadas. En 1991, con la conocida como Tormenta Ígnea de Oakland, vivieron una de las más devastadoras.
La tormenta Ígnea de California 1xh64
Originado en una pequeña propiedad privada por causas que no terminaron de revelarse de forma concluyente, pero que apuntaban a un fallo eléctrico, el 19 de octubre de 1991 se dio la alarma para alertar de un incendio en las colinas de Berkeley. Tras descontrolarse, el resultado ascendió a cerca de 200 víctimas entre heridos y vidas perdidas tras 620 hectáreas quemadas, y más de 3.000 viviendas reducidas a cenizas.
Entre las muchas casas perdidas se encontraba la del diseñador de SimCity, Will Wright, que en ese momento debe reconstruir su vida desde cero y aprovecha la experiencia para terminar de dar forma a una idea que ya le rondaba la cabeza desde hacía tiempo y que saltó de una casa de muñecas al concepto de simulador de vida que hoy todos conocemos.
Ante el desafío de volver a la casilla de salida, Wright pasa por varias fases en las que termina dando forma a Los Sims, la exitosa saga que nos invita a construir una casa, decorarla y vivir una nueva vida mientras, por descontado, hacemos lo posible por luchar contra accidentes domésticos que puedan desencadenar un incendio entre nuestras paredes de madera.
¿Por qué las casas que construimos en Los Sims son de madera? 224n71
Uno podría llegar a pensar que, tras un desastre como el vivido, ni Wright ni el resto de estadounidenses querrían volver a ver una estructura de madera ni en pintura, especialmente tras haberse convertido en uno de los motivos que intensificaron la tormenta ígnea de Oakland. La clave para intentar entender ese choque frente a las construcciones de ladrillo europeas, radica en una cuestión cultural.

Cuando los primeros colonos llegaron a Estados Unidos con la intención de iniciar una nueva vida en la región se toparon con dos recursos que Europa empezaba a echar de menos: bosques y espacio. El primero provocó que la madera se convirtiese en el método preferido de construcción por resultar más rápido y barato. El segundo, que atarse a un único lugar de por vida no sea necesario, lo que apunta a una flexibilidad en la que abandonar una casa de madera personalizada para saltar a otra igual de barata y fácil de adaptar a sus nuevas necesidades se convierta en algo habitual.
Pese a que la considerable afluencia de desastres naturales como huracanes, incendios y terremotos pueda hacernos creer lo contrario a este lado del charco, en realidad la filosofía de mantener la madera como método de construcción aún a día de hoy se asimila a la de Japón. Frente a la opción de perder tu casa en una catástrofe, las pérdidas económicas y su posterior reconstrucción resultan más seguras a nivel económico.
Imagen | Rosalis107 en Midjourney
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