Aunque ya hemos visto varios videojuegos inspirados en la figura de Gengis Kan y su papel en sagas como Crusader Kings, sorprende que, con el peso que de un tiempo a esta parte le están dando los videojuegos a historias reales, nadie se haya atrevido aún a crear un RPG de mundo abierto sobre el considerado como el mayor conquistador de todos los tiempos.
Y no sólo por el impresionante dato de haber conseguido que su Imperio Mongol alcanzase a controlar una extensión de 31 millones de kilómetros cuadrados en un periodo de apenas 162 años, sino por la historia de amor y tramas políticas que hicieron que el hijo de una tribu de pastores terminase convertido en uno de los mayores líderes de la historia. Con una premisa como esa, quién no iba a querer disfrutar de un RPG de mundo abierto basado en Gengis Kan y sus hazañas.
Un RPG de acción y mundo abierto sobre Gengis Kan 512k5z
Aunque las fechas difieren dependiendo de los historiadores, Gengis Kan nació alrededor de 1162 como el hijo del jefe de una de las muchas tribus que vivían en mongolia a medio camino entre el feudalismo y el modo de vida nómada. Lo hizo bajo otro nombre, Temüyín, y su infancia ya de por sí sería un capítulo demencial para ese RPG.
Con nueve años su padre le obligó a casarse con Börte, la hija de una tribu vecina. Una práctica muy común en la época para forjar alianzas mediante la que, a su vez, se vio obligado a mudarse para servir a la familia de su futura esposa. Sin embargo, tras volver su padre a casa, por el camino fue engañado y envenenado, lo que empujó a Temüyín a volver a su tribu para reclamar su puesto. Las luchas por el poder generadas hicieron que la tribu lo rechazase, y junto a su madre y sus hermanos tuvieron que huir y vivir de la mendicidad mientras se alimentaban de frutos silvestres, junto a cadáveres de animales que los cazadores dejaban atrás, para poder sobrevivir.

Con el tiempo, entre peleas entre hermanos y haber sido esclavizado por otra tribu rival, Temüyín consiguió hacerse un hueco entre las tropas de su tío, donde alcanzó una posición mucho más tranquila que le permitió casarse finalmente con Börte, de la que estaba profundamente enamorado desde niño. Sin embargo hay poco espacio para la tranquilidad en esta etapa de Temüyín y, poco después de unirse en matrimonio, una tribu rival rapta a su mujer.
Por su historia, carisma, y logros alcanzados durante una infancia especialmente dura, Temüyín consigue ganarse el apoyo de clanes hermanos y crea un ejército con el que se embarca en una lucha por salvar a Börte, lo que termina afianzándolo aún más como un líder al que tener muy en cuenta. De la mano de su poder de convocatoria, Temüyín decide que nada de eso puede volver a ocurrir, y que debe crear un imperio de paz en el que su mujer y sus futuros hijos puedan vivir sin preocupaciones.
Conforme va consiguiendo que otras tribus se unan a él, eliminando también a aquellas que se niegan a hacerlo, Temüyín decide proclamarse Gran Kan, el equivalente mongol a nuestros emperadores. Bajo el nombre de Gengis Kan, que podría traducirse como un emperador tan grande como el océano, da comienzo la expansión que le haría dominar desde el Pacífico hasta Europa Oriental.
No es sólo que la historia da para un punto de partida excelente, y que escenarios como el de la conquista de China con un ejército de mongoles a caballo ya darían para una mezcla de mundo abierto y juego de acción RPG formidable. Además, todo lo que rodea a la evolución de Gengis Kan y su ejército en forma de nuevas políticas e innovaciones tecnológicas como los estribos, los arcos compuestos y la pólvora, junto a todo lo relacionado con la gestión de un imperio nómada, permitirían acercarnos a algo realmente ambicioso.
El lado más oscuro de Gengis Kan 6g111d
Si a estas alturas te preguntas por qué ninguna compañía se ha animado a hacer algo así, tal vez debamos acercarnos al lado más controvertido de Gengis Kan que, muy probablemente, hace que la idea resulte compleja desde el punto de vista occidental. Que se hable de cómo conquistó China y que intentó hacer lo propio con Japón (os recomiendo Ghost of Tsushima si no conocéis esa parte de la historia), con todo lo que eso conlleva respecto al mercado asiático, es sólo una pequeña parte de ese problema.
Tengamos en cuenta cómo caería en el panorama actual el hecho de que Gengis Kan tuviese múltiples esposas y que se calcule que el 0,5% de la población mundial descienda del líder mongol, que utilizaba el terror psicológico para hacer que sus enemigos se rindiesen antes de luchar, que exigía lealtad absoluta entre sus súbditos y lo contrario se castigaba severamente, o el uso de la violencia extrema para masacrar pueblos enteros llegando al punto de lanzar cuerpos enfermos con la peste con catapultas sobre las murallas enemigas para conquistar sus castillos.

Si bien es cierto que podríamos estar ante una de esas historias en las que vivir la transformación del protagonista, haciendo que pase de héroe a villano al más puro estilo Breaking Bad, lo cierto es que todas esas afirmaciones, aunque ciertas, merecen cierta puntualización. Más allá de aspectos culturales de la época que no tengan cabida en tiempos actuales, Gengis Kan ofrecía paz y unificación en un momento en el que los más poderosos pagaban a las tribus para iniciar guerras innecesarias para su propio beneficio.
Con un gran sentido de la justicia, las tribus que masacraba eran aquellas que, tras haberle jurado lealtad, intentaban traicionarle, y prefería la rendición de sus enemigos a la muerte porque eso suponía seguir engordando sus filas. Su gran sentido del deber hacía que, mediante la meritocracia, aquellos que resultaban útiles ganasen posiciones entre sus tropas, obviando en todos los sentidos el hecho de si venían de alta cuna o no.
Su violencia frente a los pueblos capturados no se alejaba demasiado de lo que hacía cualquier otro ejército medieval de la época, pero a diferencia de ellos revolucionó el intercambio cultural entre pueblos salvaguardando los avances que ofrecían ingenieros, médicos y científicos de tribus rivales.
Además, promovió la libertad de religión dentro de su imperio, y terminó prohibiendo los raptos de mujeres, a quienes también les entregó la posibilidad de convertirse en gestoras principales de sus propias casas y tribus, asesores comerciales, y la opción de divorciarse de sus maridos que las costumbres mongolas ni siquiera se planteaban. Dicho de otro modo, pese a que indudablemente hay un lado oscuro detrás de Gengis Kan, también hay razones suficientes como para querer darle la vuelta.
Imagen | Mixi2367 en Midjourney, Theolator
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