Como tantas otras ideas de la Edad Media en su salto a la ciencia ficción y el realismo fantástico que el mundo de los RPG, el cine y la literatura ha modelado a su antojo, la figura de los ejecutores del medievo se ha transformado en algo que poco o nada tenía que ver con su papel real.
Pintados como hombres corpulentos con la cara tapada y una mezcla en la que predominaban la falta de escrúpulos y cerebro, la fantasía y el cuestionable enfoque hacia el realismo de esas obras dista mucho de cómo eran realmente los ejecutores. Por suerte, de la mano de diarios personales e historiadores de la época, nuestra comprensión sobre su figura es hoy muy distinta.
El teatro de los horrores de la Edad Media 6p5mx
Agarrándose a la interpretación actual, y al descubrimiento de máquinas de tortura que estaban lejos de ser algo extendido entre la sociedad de la época, hemos terminado creyendo que la Edad Media era una época marcada por el sadismo y los métodos de ejecución más surrealistas posibles.
La realidad es que la inventiva de los reyes tampoco daba para tanto, y más allá de los métodos más famosos, en realidad había poco hueco para experimentar en unas ejecuciones públicas en las que no había hueco para la improvisación y los fallos. Lo que se ha dado a conocer como el teatro del horror entre los historiadores, pretendía ser un espectáculo con moraleja.
El papel de los monarcas en aquella época era comúnmente cuestionado, así que su única solución para acallar bocas y, de rebote, concienciar a la población para que no se viese envuelta entre crímenes y posibles traiciones, pasaba por liquidar públicamente a quienes se atreviesen a cometerlos.
Mientras que a los plebeyos sentenciados les esperaba la horca o ser arrastrados por caballos, la hoguera quedaba limitada a mujeres y herejes. La mítica escena del degüelle a manos de ejecutores con grandes espadas o hachas, en cambio, quedaban relegadas a la nobleza. Pero pese a que los ejecutores que perpetraban esas sentencias realmente existieron, su figura dista mucho del mastodonte descerebrado que se nos ha hecho creer.
La oscura y bien pagada vida de los ejecutores del medievo 2g5y6t
Con un oficio que normalmente pasaba de padres a hijos, quienes terminaban trabajando como ejecutores se convertían en nobles muy bien pagados por el rey que requería de sus servicios, pero se enfrentaban a tres problemas difíciles de gestionar que marcaban su vida.
En primer lugar estaba la conciencia de haber sido mano ejecutora, a menudo con una descarnada violencia, de cientos de personas. A Meister Franz, probablemente uno de los ejecutores más famosos de la época, se le contabilizan un total de 361 ejecuciones en un lapso de unos 45 años como ejecutor. Gracias a su diario no sólo tenemos la cifra exacta, sino también todo lo que pasó por haber heredado ese trabajo.
El estigma social de ser ejecutor marcaba la vida pública y privada de estos nobles, incapaces de llegar a formar una familia en algunos casos, y siendo vilipendiados por la sociedad en la mayoría de ellos. Precisamente esa carga psicológica y social era la que, en cierto sentido, los reyes intentaban compensar con grandes sumas de dinero.
Además, era un trabajo en el que no había huecos para fallos, ya que el menor error podía terminar con su vida en el peor de los casos o, en el mejor de ellos, su carrera y fuente de ingresos pese a mantenerse su mala reputación social. El caso más llamativo de esa dificultad se remonta al 1621, cuando un ejecutor de la Bohemia que se detalla en Kingdom Come Deliverance tuvo que enfrentarse a 27 ejecuciones en un mismo día.
Todas ellas debían realizarse de un solo golpe, bajo serias amenazas si en alguno de los casos precisaba de otro golpe adicional para terminar el trabajo. En total, se dice que tuvo que utilizar cuatro espadas distintas y tardó cinco horas en completar el proceso. Nada que ver con la imagen del aquí te pillo y aquí te ejecuto que a menudo vemos en películas y RPG de fantasía medieval.
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