Solo un tipo de la CIA evitó que lo dejara: Jim Carrey pasó las de Caín para hacer de El Grinch, ¡incluso mandó a un doble ganador del Oscar a terapia!

Ahora que se acercan las fiestas, es muy probable que te encuentres programado alguna tarde o noche en televisión la película de El Grinch. En este clásico del cine familiar del año 2000 teníamos a un irascible Jim Carrey caracterizado como un ogro verde deseoso de robar la Navidad. Lo que quizás no sepas es que el actor estaba tanto o más cabreado que su personaje durante el rodaje del film.

Al menos durante los primeros días. Y es que para interpretar a uno de sus roles más legendarios, la estrella de Sonic 3, la película debía someterse a sesiones de maquilla infernales de ocho y media al comienzo de la producción. Una "tortura" en toda regla, como definió Carrey, que provocó que incluso llegara a plantearse abandonar el largometraje por muchos problemas que eso pudiera crearle.

"Me sentía enterrado vivo [bajo montañas de maquillaje verde y prótesis]. Tras acabar el primer día me fui al tráiler, atravesé la pared de una patada y le dije a Ron Howard que no podía hacer la película". — Vía The Graham Norton Show

"Así fue cómo logré sobrevivir a El Grinch"

Al productor Brian Grazer se le ocurrió entonces "una idea brillante" para evitar que renunciara: "Contratar a un tipo entrenado para enseñar a los de la CIA a soportar torturas". "Así fue cómo logré sobrevivir a El Grinch", agregó. "Fue gracioso. Él dijo: "Come todo lo que veas. Y si te desesperas y no puedes manejarlo, enciende el televisor, cambia tu rutina, haz que alguien venga y te pegue en la cabeza. Golpéate la pierna, o fuma. Fuma tanto como puedas".

Gracias también a la música de los Bee Gees, Carrey aprendió a controlar sus pensamientos y dejar atrás esta incomodidad para someterse al proceso de maquillaje durante casi un centenar de veces más. Naturalmente, con el tiempo el proceso se fue haciendo algo más cómodo y rápido, pero durante los primeros días su enfado era descomunal y quienes estaban a su alrededor lo padecieron.

Este fue el caso de Kazuhiro Tsuji, un artista de maquillaje protésico de enorme prestigio (tiene dos Oscar) que acabó tan harto de todo este tema que abandonó la producción de forma temporal. Solo volvió después de que Howard le llamara y le garantizara que el actor había cambiado radicalmente su actitud. Aún así el daño ya estaba hecho y Tsuji decidió ir a terapia tras acabar su trabajo en la película.

Con un presupuesto de 123 millones de dólares, pero con una recaudación de casi 350 millones de dólares, El Grinch fue un pelotazo que probablemente haría olvidar al actor el mal trago que tuvo que pasar. Puedes verla por SkyShowtime.

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