Chema Mansilla
Editor - Cine y TVDesde que George R. R. Martin publicara Danza de Dragones en 2011, los fans de Canción de Hielo y Fuego han vivido trece años de incertidumbre, especulaciones, memes y mucha frustración. El sexto libro de la saga, Vientos de Invierno, parece congelado en el tiempo, atrapado en un limbo creativo del que, a estas alturas, ni los más fieles seguidores parecen seguros de que saldrá. Ahora, en una nueva entrada de su blog personal, ese "Not a Blog" que sirve como su principal canal de comunicación con los fans, Martin ha dejado caer algo más que una simple actualización: ha expresado con franqueza, que siente que sus lectores se han rendido con él o con el libro. Y, lo que es más inquietante, da a entender que no les culpa.
Trece inviernos esperando
Martin, de 75 años, lleva más de una década inmerso en una infinidad de proyectos paralelos. Desde su implicación directa en House of the Dragon, pasando por nuevas novelas, spin-offs y hasta adaptaciones animadas de obras ajenas como A Dozen Tough Jobs, el escritor ha diversificado su carrera con entusiasmo. Pero no todo el mundo lo celebra. Los comentarios recurrentes en redes sociales y foros dejan claro que, para una parte considerable del fandom, todo lo que no sea Vientos de Invierno está de más.
En su entrada más reciente, Martin no esquiva el tema. "Lo sé, lo sé. Algunos solo os enfadáis con todo lo que anuncio que no tiene que ver con Poniente o con Vientos de Invierno", escribe con una mezcla de resignación y amargura. "Os habéis rendido conmigo, o con el libro". Y lo dice sin rodeos, evidenciando que ha escuchado, una y otra vez, los reproches de sus lectores más impacientes. Personalmente, lo que me sorprende no es tanto que lo reconozca, sino el tono con el que lo hace.
El peso de la expectativa
Martin se ha convertido en víctima de su propio éxito. Juego de Tronos, tanto en formato literario como televisivo, transformó su universo en un fenómeno global. Pero con la fama también llegó la presión. En su blog, el autor no se limita a mencionar la impaciencia del público, sino que se adentra en las especulaciones más crueles:
"Nunca terminaré Vientos. Y si lo hago, no acabaré Sueño de Primavera. Y si lo escribo, será una basura. Ya no me importa escribir, solo gasto el dinero sentado".
Frases como esta, aunque conociendo a Martin, probablemente exageradas y redactadas con cierta ironía, revelan cierto agotamiento emocional de Martin frente a una comunidad que, en ocasiones, parece haber olvidado que detrás del autor hay una persona. Una persona que, por cierto, afirma seguir preocupándose profundamente por sus personajes: "Me importan los Stark, los Lannister, los Targaryen, los dragones, los lobos huargo. Me importan más de lo que podéis imaginar".
¿Y si el problema somos nosotros?
La entrada no busca tanto dar explicaciones como pedir cierta reflexión al fandom. Es una especie de confesión que mezcla dolor, desilusión y algo de desafío. El mensaje entre líneas es claro: Martin no ha dejado de escribir, pero quizá muchos han dejado de confiar en él. Su desencanto no es solo con las críticas o los plazos que no cumple, sino con la percepción de que, haga lo que haga, nunca será suficiente.
Y lo cierto es que algo de razón tiene. Tras el final algo precipitado de la serie de HBO, con un cierre que dejó a muchos con un regusto amargo, Vientos de Invierno se ha convertido, para muchos en una especie de redención. El libro que lo arreglará todo. El que demostrará que Martin tenía un plan. Pero es mucho peso para cualquier escritor, más aún cuando las expectativas se han inflado durante más de una década.
El invierno se acerca… ¿alguna vez?
A día de hoy, Vientos de Invierno sigue sin fecha oficial de publicación. Martin, aunque insiste en que sigue trabajando en él, ya no promete nada. Su energía parece dividida entre su legado, sus proyectos actuales y una necesidad cada vez más humana de protegerse de la negatividad. Mientras tanto, Poniente sigue vivo en la pantalla con la segunda temporada de La Casa del Dragón, y en el horizonte ya se vislumbra El caballero de los Siete Reinos, prevista para 2026. Pero los fans no olvidan. Algunos siguen esperando con esperanza. Otros, con escepticismo. Y unos cuantos, como Martin señala, abandono.
Comparto la frustración, pero no comprendo la presión. Quizá, después de tanto invierno, nos convenga a todos recordar que ninguna historia mejora por la presión. Que incluso los grandes narradores necesitan respirar. Y que tal vez, solo tal vez, deberíamos dejar de empujar para que el invierno llegue. Porque si lo hace, será cuando deba.
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